5.11.07

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpaaaaa ...

En la Argentina muchas de las Señoritas Corazón nos hemos criado en una cultura católica, aunque no hayamos ido a misa todos los domingos. Esa formación nos hizo ver, mejor dicho, espiar, muchas cosas de la vida de un lugar culposo, vergonzante.
A veces parece que pasó muchísimo tiempo, pero hasta hace poquitísimo se mostraba la sábana con la sangre de la virgen luego de la noche de bodas. Hoy el pete está de moda, pero hace pocos años los muchachitos morían por encontrar una que lo hiciera (y ni hablar si se la tragaba!). Los chicos dicen que hoy es el sinónimo de transar de hace unos años.
La cuestión es que lo que se hacía generaba, de una u otra manera, una enorme dosis de culpa. No sólo en el terreno sexual; culpa por no ser buena hija, culpa por no estudiar lo suficiente, culpa por ser mala madre, culpa por no defender nuestra vida a capa y espada, culpa por pasar las Fiestas en Claromecó (“Cuando hay miles de personas que cruzan el planeta para estar con sus padres!!!!”)
La buena chica: se queda con los padres acompañándolos cuando todos se han ido; tiene la casa impecable; no sale, ni se mama, ni putea, ni……
La mayoría no hemos sido “buenas chicas”, pero en algún lugar de nuestro corazón, la Culpa ha corroído nuestra personalidad. Es más, creo que lo que ha posibilitado que muchas mujeres trasciendan (Frida Kahlo, Simone de Bevouir, Madonna) fue su falta de sentimiento culposo, que básicamente es un enorme paralizador.
En países cuya formación no es católica, la Culpa no es tan fatal (aunque igual son re pacatos y muy caretas).

Tengo una anécdota: Una vez estaba en Suecia (porque la Señorita Corazón es internacional, sorry). Yo tenía alrededor de 25 años y todavía vivía con mis padres, como una buena chica. En una fiesta llena de suecos (no puedo evitar pensar mil chistes malos), me preguntaron acerca de mi formación religiosa (los suecos son de hacer ese tipo de preguntas antes de querer tirarte los kilos sólo si están bien mamados) y yo, más por costumbre que otra cosa, respondí “Católica”. Una sueca dijo “Uh, ¿Entonces pensás llegar virgen al matrimonio?”
-Jaja,ja!!- dije- No…nada que ver!
-Y qué, ¿No usás preservativo?- insistió otro
-¿Por?- pregunté con cara de asombro
- Porque su Papa no se los permite!!!
Y ahí entré en una confusa explicación sobre que bueno, en realidad, mmmhhh, no es taaan así, en síntesis les dí a entender que lo que dijera el Papa me tenía totalmente sin cuidado y que en realidad me chupaba un huevo lo que dijera ese pollerudo chupa sangree…en fin, me exalté y en un segundo tiré por la borda mi convicción de hacía tres minutos atrás.
Luego me preguntaron con quién vivía, refiriéndose a si tenía pareja o no. Yo, volviendo a la buena chica, ya más calmada de mi exabrupto anterior, sonreí y con mi mejor cara de boluda dije : “Con mis padres” (siempre pensé que “padres” suena mejor que “papá y mamá”; como “cuarto” suena mejor que “pieza”, pero ese es otro tema). Y ahí sentí que me miraban como a un aparato, como a esas chicas medio border que no son completamente taradas pero que tampoco dá para que vivan solas.
-Noooo!- grité al darme cuenta de la realidad- Lo que pasa es que la situación económica, bla, bla, bla……
Y entré en una larga y confusa perorata sobre Latinoamérica y su pobreza (y de paso los hice sentir explotadores y chupasangres, yeahh), y listo. Para ese momento ya habían tomado su segunda cerveza y ya no les importaba más nada.

Observarán Uds, queridos lectores, qué confusión de ideas, que choque de ideologías. Allá es impensado que una chica no se vaya de la casa alrededor de los 18 años. Impensado para la hija, pero también para los padres que consideran parte de la educación el hecho de que se hagan independientes. Más allá de la situación económica, acá hay una especie de concepto de “buena chica” a la que se queda en casita hasta que la vengan a buscar para llevarla al altar (¡y cómo tarda a veces!).

La Culpa. Lanzarnos a la vida, aparte de miedo, da mucha Culpa. Es tan fuerte la Culpa en nuestra sociedad que dejamos que se nos pudra la Vida con tal de no enfrentarla.
Seguro seguiremos hablando de la Culpa. Qué sé yo, de última nos ahorramos unas visitas al psicólogo (que por otro lado, ¿por qué creen que anda tan bien por estos lares? Ehhh?).
Señorita Corazón, con el alma llena de amor….y de culpa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no soy culposa, son los demás que me miran mal.

Julia Herrera dijo...

Yo pensaba que era m'as joven srita coraz'on...me siento tan identificada con todo lo que le ha pasado...supongo que lo que usted paso hace a'nos lo vivo yo ahora en mi hermoso y pobre pa'is tercermundista, Honduras...O_O