11.12.07

Para ellos también hay ...

Últimamente escucho un reclamo desde la tribuna femenina que esta semana me ha llegado a ensordecer: Las mujeres no pedimos mucho, nos conformamos con un poco de ADULTEZ.
Parece que entre los varones esta es una virtud en decadencia.
Claro que la eternización de la adolescencia afecta a toda la gente, no distingue sexo, pero en el hombre hay como una especie de visto bueno, generalmente avalado por mamás (mujeres) y por novias.
Hoy veremos en particular a un grupo de muchachos: los que juegan al papi. Horror en puerta.
Estos señores se juntan todos los, digamos, miércoles. Después del trabajo, en unas horas sagradas, que no cambiarán por nada del mundo, así estemos agonizando en nuestro lecho de muerte. Dios mío, que feo un novio así.
Y juegan. Como si nosotras nos juntásemos con nuestras Barbies a jugar todos los viernes. Se enojan, se pelean, se gritan, se enojan con el referi, se patean, se ofenden, juran no volver más, vuelven, festejan. Hasta toman Gatorade, como atletas consumados. Juegan. A que son Franchéscoli, a que le sacan fotos, a esas cosas de chicos.
Y después, a la parrila. Asado, vino, fernet, risotadas.
Luego, no digo todos, pero muchos a La casita Azul.
Y volver medio mamado, desmayarse en la cama, y a aguantarlo roncando. Dios, después dicen que la soledad es mala compañera.

1.12.07

Las chicas de Beige

Hay otro tipo de mujeres que Señorita Corazón no soporta: Las chicas Beige.
Veamos: Pelo lacio, largo en la juventud, carre en la madurez.
Aros de perla. Anais Anais cuando era joven. Anillo de oro con las iniciales, luego los pequeños colgando del cuello (¿Qué diría Freud de esto?). Bronceada todos los veranos de su vida. Y mucho beige, que siempre queda bien y no provoca sobresaltos.
Siempre son insoportables, pero explotan entre los treinta y los cuarenta, cuando ya dan ganas de tirarles barro.
La plata ordenada en la billetera, tarjetas de crédito en su compartimiento adecuado, las uñas impecables, los hijos ni te cuento.
Ustedes dirán: Pero hay que tener plata para ser una chica Beige? No necesariamente, pero la verdad es que se va dando solo. Como se casan con pibes tan pero tan caretas que generalmente terminan siendo contadores, abogados o símil; muchachos de poco salir (por lo menos al principio) con el que inician una familia careta, llena de hijos, autos y perros.
No hay cosa peor que una chica Beige queriéndose hacer la zarpada, insoportable. Por supuesto que esto ocurrirá una vez en su vida, y se lo contaran a sus nietos como una travesura, el día que tome de mas, ay que loca!!
Básicamente, no saben nada de nada: música, escuchan cualquiera que este en la radio (en la época en que había bandas increíbles, ellas escuchaban a Cesar Banana Pueyrredon); politica, no saben nada ni les importa, pero a la hora de votar lo haran por el mas coservador; sexo, no creo que sea honesto llamar asi a lo que ellas practican y siempre estan hartas de que el marido tenga ganas y ellas no; cine, lo obvio: Brad Pitt, Bridget Jones (puajj), George Clooney; comida, piensan que una tarta de zapallitos es riquísima y toman agua saborizada; hijos, por supuesto, varios, en colegio con uniformes escoceses y nombres acordes (Delfina, Tomas y otros).

La chica beige cambia después de los cuarenta y pico.
Ya hablaremos de ella cuando el mundo no era tan feliz como le habían contado.
Porque no son clásicas, son conservadoras, que es distinto.
Porque se hacen las solidarias y a la mucama le pagan cuatrocientos pesos.
Porque todo las horroriza.
Porque piensan, actúan y crían a sus hijos sin apertura, haciendo de este mundo un lugar chato, poco creativo, tonto.
Y, fundamentalmente, en oposición con las Chicas Bardo, porque la Chica Beige especula.
No hace las cosas desde el corazón, sino desde la conveniencia.
Porque pudiendo ser, no son nada.
Y porque no me las banco.
Señorita Corazon, la que se los dice en la cara.